BARACOA. CUBA



Baracoa llamada también la Ciudad Primada, se encuentra situada en la provincia de Guantánamo (Cuba).

Los principales productos de la región son el el coco, el cacao y el banano, aunque desde finales de la década del 90 del pasado siglo el turismo se ha convertido en una de sus principales fuentes de ingreso debido a su extraordinaria belleza.

La ciudad fue fundada en 1511 con el nombre de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa por el conquistador español Diego Velázquez que ostentaba entonces el título de Adelantado. Es el más antiguo asentamiento de la Isla después de la llegada de los colonizadores españoles y de ahí debe su nombre de Ciudad Primada. En 1518 recibió el nombramiento de ciudad. Fue la primera capital y el primer obispado de la Isla.


Declarada Monumento Nacional, la ciudad es bañada por el río Miel y entre sus atracciones naturales se encuentra el río Toa, marcado por numerosas cascadas, siendo la más conocida El Saltadero con 17 metros de altura y las montañas del Yunque que debe su nombre a la similitud de la misma con la pieza que usan los herreros. La llamada la Bella Durmiente, vista desde lejos, asemeja a una joven echada. En esta ciudad se conserva dentro de una vitrina y con un pedestal de plata la Cruz de la Parra, símbolo de la cristianidad, que trajera Cristóbal Colón en su primer viaje. Se presume que el nombre de la ciudad provenga de un vocablo aborigen que significa “presencia de mar” en franca alusión al ambiente marino que contrasta con las montañas y los ríos de la región de gran belleza natural.

El acceso a la ciudad por tierra constituye una aventura ya que hay que recurrir a una vía muy peculiar que serpentea entre las montañas y que lleva el nombre de la Farola. Esta carretera cuenta con 11 puentes colgantes y su punto más elevado son los Altos de Cotilla, a más de 600 metros sobre el nivel del mar.

El dominio español dejó sus huellas en las construcciones de la localidad entre las que destacan las fortificaciones de El Castillo y La Punta y los torreones de Joa y del Cementerio. Durante los siglos XVI y XVII al estar Baracoa incomunicada del resto de la isla por tierra, hizo que su escasa población comerciara de contrabando con franceses e ingleses. A principio del siglo XIX se instalaron en Baracoa numerosos colonos franceses que huyeron de la revolución independentista de Haití, y se dedicaron al cultivo del café y del cacao, de ahí la influencia francesa que existe en Baracoa y en muchas parte de la provincia de Oriente.

A partir de mediados del siglo XIX, en que se intensifican los esfuerzos de los patriotas cubanos por lograr la independencia de Cuba, las costas de Baracoa fueron escenario del desembarco de numerosas expediciones libertadoras. En octubre de 1854, el joven matancero Francisco Estrampes, Juan Enrique Félix y dos americanos desembarcaron de una goleta con armas y pertrechos de guerra para iniciar una revolución; pero fueron sorprendidos por tropas españolas antes que pudieran recibir ayuda, cayeron prisioneros y fueron conducidos a La Habana, donde Estrampes fue ejecutado en la explanada de la punta el 31 de marzo de 1855.

Entre los primeros baracoenses que se vincularon al esfuerzo libertador debe mencionarse a Manuel Borges Navarro (1827-1869), que después de haberse dedicado a la enseñanza con verdadera vocación, fue implicado en la conspiración revolucionaria de López y Agüero y encarcelado por dicho motivo. Más tarde en 1868 se incorporó al movimiento de Yara y fue apresado y asesinado por la escolta española que lo conducía a Santiago de Cuba, en septiembre de 1869.

En marzo de 1885 desembarcaron en Caleta costa sur, el Brigadier Limbano Sánchez y un grupo de patriotas, fueron perseguidos y Sánchez y Ramón González murieron en combate los otros fueron hechos prisioneros salvando la vida solamente dos de ellos. Ya iniciada la Guerra de Independencia, el 1 de abril de 1895, desembarco en la playa de Duaba muy cerca de Baracoa la expedición de la Goleta de Honor, donde venían algunos de los más prestigiosos jefes cubano, entre ellos el general Antonio Maceo y su hermano José Maceo, Flor Crombet, Agustín Cebreco, Silverio Sánchez y Patricio Corona. Pocos días después, el 11 de abril desembarcaron en Playitas, el general Máximo Gómez, el apóstol José Martí, Ángel Guerra, Paquito Borrero, Marcos del Rosario Y Cesar Salas a quienes se les unen el día 14, el coronel baracoense Félix Ruenes y sus tropas. Estas expediciones por Baracoa ayudaron mucho en la lucha por la independencia de Cuba, la cual finalmente se logró el 20 de mayo de 1902.







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