MUSEO NACIONAL DEL PRADO. ESPAÑA
El Museo Nacional del Prado, ubicado en Madrid (España), es una de las pinacotecas más importantes del mundo, singularmente rica en cuadros de maestros europeos de los siglos XVI al XIX. Su principal atractivo radica en la amplia presencia de Velázquez, Goya, Tiziano y Rubens, de los que posee las mejores colecciones que existen a nivel mundial, a lo que hay que sumar las colecciones de autores tan importantes como El Greco, Murillo, José de Ribera, Zurbarán, Rafael, Veronese, Tintoretto, Van Dyck o El Bosco, por citar sólo los más relevantes. Las habituales limitaciones de espacio explican que el museo exhiba una selección de obras de máxima calidad (unas 900 pinturas), del total de más de 7.800 que tiene en su inventario, y que por ello sea definido como «la mayor concentración de obras maestras por metro cuadrado». Gracias a la reciente ampliación de Rafael Moneo, se prevé que la selección expuesta crezca en un 50%, con unas 450 obras más.
Al igual que otros grandes museos europeos, como el Louvre de París y los Uffizi de Florencia, el Prado debe su origen a la afición coleccionista de las dinastías gobernantes a lo largo de varios siglos. Refleja los gustos personales de los reyes españoles y su red de alianzas y enemistades políticas, por lo que es una colección asimétrica, insuperable en determinados artistas y estilos, y débil en otros. Sólo desde el siglo XX se procura, con resultados desiguales, solventar las ausencias más notorias.
Las escuelas pictóricas de España, Flandes e Italia (sobre todo Venecia) ostentan el protagonismo en el Prado, seguidas por el fondo francés, más limitado si bien incluye buenos ejemplos de Nicolas Poussin y Claudio de Lorena. La pintura alemana cuenta con un repertorio discontinuo, con cuatro obras de Durero y múltiples retratos de Mengs como principales tesoros. Junto con un repertorio británico limitado, circunscrito casi al género del retrato, hay que mencionar la pintura holandesa, una sección no demasiado amplia pero que incluye a Rembrandt.
El Prado no es un museo enciclopédico al estilo del Museo del Louvre, la National Gallery de Londres, o incluso, a una escala mucho más reducida, el vecino Museo Thyssen-Bornemisza, que tienen obras de prácticamente todas las escuelas y épocas, sino una colección intensa y distinguida, formada por unos pocos reyes aficionados al Arte, donde muchas de las obras fueron creadas por encargo directo. El núcleo de obras procedente de la Colección Real se ha ido complementando con aportaciones posteriores, que apenas han desdibujado su perfil inicial. Muchos expertos la consideran una colección «de pintores admirados por pintores», enseñanza inagotable para nuevas generaciones de artistas, desde Manet y Toulouse-Lautrec, que visitaron el museo en el siglo XIX, hasta Dalí y Antonio Saura, quien decía: «Este museo no es el más extenso, pero sí el más intenso».
Aunque sean aspectos menos conocidos, cuenta también con una importante sección de Artes decorativas (Tesoro del Delfín) y con una destacada colección de esculturas greco-romanas. Junto con el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Reina Sofía, el Museo Nacional del Prado forma el Triángulo del Arte, meca de numerosos turistas de todo el mundo. Esta área se enriquece con otras instituciones cercanas: el Museo Arqueológico Nacional, el Museo Nacional de Artes Decorativas, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y otros pequeños museos.
Curiosidades del museo:
* Ningún museo o colección en el mundo supera al Prado en cuanto a la representación de los siguientes artistas:
* El Greco (36 pinturas y dos esculturas).
* Velázquez (48 pinturas, de las poco más de 120 catalogadas, entre ellas casi todas sus obras capitales).
* Goya (133 pinturas, incluyendo casi todos sus cartones para tapices).
* Eduardo Rosales, (casi 200 obras, entre pinturas y dibujos).
* Tiziano (40 pinturas).
* El Bosco, (6 obras seguras y varias más atribuidas).
* Patinir (varias de sus obras maestras, de su cortísima producción).
* Rubens (alrededor de 80 obras, algunas pintadas a dúo con otros artistas).
* Ribera.
* En el museo se encuentra el cuadro llamado La Gloria pintado por Tiziano para Carlos V, que junto al retrato de la Emperatriz del mismo autor le acompañaría en su retiro del monasterio de Yuste en Cáceres, Extremadura.
* Se guarda también el Retrato ecuestre de la reina Margarita, de Velázquez y su taller, mostrando dos de las joyas más famosas del Joyero de la Corona de España: la perla llamada Peregrina (que actualmente se cree identificar por algunos con la que está en poder de Elizabeth Taylor) y el diamante el Estanque, hallado en tierra de Madrid y tallado por Jacopo Nizzolo da Trezzo (conocido también en España como Jacometrezo).
* En sus inicios, el Museo abría apenas dos o tres días a la semana, y cerraba siempre que llovía, se supone que para evitar masificaciones y suciedad. Por otro lado, durante un tiempo las salas de escultura no estuvieron debidamente pavimentadas, y el polvo debía eliminarse regando el suelo con agua, aunque pronto se esteró y posteriormente se instaló tarima de madera en casi todas las salas. Por cuestiones de seguridad, la madera fue sustituida por mármol después de los años 30.
* La famosa Dama de Elche es en realidad propiedad del Prado (número de catálogo E433), encontrándose en el Museo Arqueológico Nacional en condición de depósito. Se obtuvo en 1941 mediante un intercambio de obras con el Gobierno de Vichy del mariscal Pétain, un acuerdo tremendamente desequilibrado (a favor de España), que incluyó también la Inmaculada Concepción de los Venerables o Inmaculada de Soult (por el mariscal francés que la robó) de Murillo, que era al igual que la Dama propiedad del Museo del Louvre, y varias piezas del Tesoro de Guarrazar, que pertenecían al Museo Nacional de la Edad Media de París (Museo de Cluny), además de los restos de las esculturas ibéricas de Osuna. A cambio se entregó a Francia un retrato de Mariana de Austria de Velázquez, del que el Prado poseía otra versión casi idéntica (se transfirió la versión considerada de inferior calidad, que para algunos es incluso simplemente una copia de taller), y una obra de El Greco del Museo de Santa Cruz de Toledo.Permaneció en el Prado durante 30 años, desde que regresó a España hasta que en 1971 fue trasladada al Museo Arqueológico Nacional de España
Al igual que otros grandes museos europeos, como el Louvre de París y los Uffizi de Florencia, el Prado debe su origen a la afición coleccionista de las dinastías gobernantes a lo largo de varios siglos. Refleja los gustos personales de los reyes españoles y su red de alianzas y enemistades políticas, por lo que es una colección asimétrica, insuperable en determinados artistas y estilos, y débil en otros. Sólo desde el siglo XX se procura, con resultados desiguales, solventar las ausencias más notorias.
Las escuelas pictóricas de España, Flandes e Italia (sobre todo Venecia) ostentan el protagonismo en el Prado, seguidas por el fondo francés, más limitado si bien incluye buenos ejemplos de Nicolas Poussin y Claudio de Lorena. La pintura alemana cuenta con un repertorio discontinuo, con cuatro obras de Durero y múltiples retratos de Mengs como principales tesoros. Junto con un repertorio británico limitado, circunscrito casi al género del retrato, hay que mencionar la pintura holandesa, una sección no demasiado amplia pero que incluye a Rembrandt.
El Prado no es un museo enciclopédico al estilo del Museo del Louvre, la National Gallery de Londres, o incluso, a una escala mucho más reducida, el vecino Museo Thyssen-Bornemisza, que tienen obras de prácticamente todas las escuelas y épocas, sino una colección intensa y distinguida, formada por unos pocos reyes aficionados al Arte, donde muchas de las obras fueron creadas por encargo directo. El núcleo de obras procedente de la Colección Real se ha ido complementando con aportaciones posteriores, que apenas han desdibujado su perfil inicial. Muchos expertos la consideran una colección «de pintores admirados por pintores», enseñanza inagotable para nuevas generaciones de artistas, desde Manet y Toulouse-Lautrec, que visitaron el museo en el siglo XIX, hasta Dalí y Antonio Saura, quien decía: «Este museo no es el más extenso, pero sí el más intenso».
Aunque sean aspectos menos conocidos, cuenta también con una importante sección de Artes decorativas (Tesoro del Delfín) y con una destacada colección de esculturas greco-romanas. Junto con el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Reina Sofía, el Museo Nacional del Prado forma el Triángulo del Arte, meca de numerosos turistas de todo el mundo. Esta área se enriquece con otras instituciones cercanas: el Museo Arqueológico Nacional, el Museo Nacional de Artes Decorativas, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y otros pequeños museos.
Curiosidades del museo:
* Ningún museo o colección en el mundo supera al Prado en cuanto a la representación de los siguientes artistas:
* El Greco (36 pinturas y dos esculturas).
* Velázquez (48 pinturas, de las poco más de 120 catalogadas, entre ellas casi todas sus obras capitales).
* Goya (133 pinturas, incluyendo casi todos sus cartones para tapices).
* Eduardo Rosales, (casi 200 obras, entre pinturas y dibujos).
* Tiziano (40 pinturas).
* El Bosco, (6 obras seguras y varias más atribuidas).
* Patinir (varias de sus obras maestras, de su cortísima producción).
* Rubens (alrededor de 80 obras, algunas pintadas a dúo con otros artistas).
* Ribera.
* En el museo se encuentra el cuadro llamado La Gloria pintado por Tiziano para Carlos V, que junto al retrato de la Emperatriz del mismo autor le acompañaría en su retiro del monasterio de Yuste en Cáceres, Extremadura.
* Se guarda también el Retrato ecuestre de la reina Margarita, de Velázquez y su taller, mostrando dos de las joyas más famosas del Joyero de la Corona de España: la perla llamada Peregrina (que actualmente se cree identificar por algunos con la que está en poder de Elizabeth Taylor) y el diamante el Estanque, hallado en tierra de Madrid y tallado por Jacopo Nizzolo da Trezzo (conocido también en España como Jacometrezo).
* En sus inicios, el Museo abría apenas dos o tres días a la semana, y cerraba siempre que llovía, se supone que para evitar masificaciones y suciedad. Por otro lado, durante un tiempo las salas de escultura no estuvieron debidamente pavimentadas, y el polvo debía eliminarse regando el suelo con agua, aunque pronto se esteró y posteriormente se instaló tarima de madera en casi todas las salas. Por cuestiones de seguridad, la madera fue sustituida por mármol después de los años 30.
* La famosa Dama de Elche es en realidad propiedad del Prado (número de catálogo E433), encontrándose en el Museo Arqueológico Nacional en condición de depósito. Se obtuvo en 1941 mediante un intercambio de obras con el Gobierno de Vichy del mariscal Pétain, un acuerdo tremendamente desequilibrado (a favor de España), que incluyó también la Inmaculada Concepción de los Venerables o Inmaculada de Soult (por el mariscal francés que la robó) de Murillo, que era al igual que la Dama propiedad del Museo del Louvre, y varias piezas del Tesoro de Guarrazar, que pertenecían al Museo Nacional de la Edad Media de París (Museo de Cluny), además de los restos de las esculturas ibéricas de Osuna. A cambio se entregó a Francia un retrato de Mariana de Austria de Velázquez, del que el Prado poseía otra versión casi idéntica (se transfirió la versión considerada de inferior calidad, que para algunos es incluso simplemente una copia de taller), y una obra de El Greco del Museo de Santa Cruz de Toledo.Permaneció en el Prado durante 30 años, desde que regresó a España hasta que en 1971 fue trasladada al Museo Arqueológico Nacional de España