ZERMATT. SUIZA





Zermatt se encuentra al pie del Cervino en los Alpes valesanos en el sud de Suiza, en una altura de 1600 m. Se llega de Visp por la valle de Visp, donde a la fin ecuentrará Zermatt. A partir de Täsch los coches privados se tienen que aparcar y con el tren o el taxi se llega a Zermatt. De este lugar sin coches – la gente se desplaza en carruajes y ectromóviles – se llega a la Aldea-Iglú más alto con el trencito para Gornergrat. Romanticismo selvaje y Iglú-placer puro en la panorámica más bella de los Alpes.

Zermatt es la prueba fehaciente de que el sueño está al alcance de la mano y de que no es necesario salir de Europa para poder contemplar paisajes sublimes... Cerrada a la circulación, esta estación chic y cosmopolita situada a 1.620 m de altitud está formada por chalets y hoteles que han sabido combinar el lujo con una sencillez típica de la gente de montaña.

La estación, ideal para recuperar energías, seduce a todo tipo de público: desde el millonario aficionado a los spas hasta el esquiador en busca de una montaña virgen -para el que existe, en contra de lo que se suele pensar, algunos hoteles económicos.

En el s. XIX este modesto pueblecillo estaba formado por casas ennegrecidas por el sol y de graneros de madera sostenidos por pilares de piedras. A partir de la década de 1840 Zermatt fue convirtiéndose junto con Chamonix en la capital del alpinismo incipiente, practicado principalmente por ingleses. Los montañeses cazadores de gamos se convirtieron en guías que enseñaban el camino a estos locos de la altura.

En Zermatt se escribió una de las páginas más bellas (y también más trágicas) de la historia del alpinismo: en 1865 el londinense Edward Whymper (1840-1911) y sus compañeros conseguían coronar el Cervino (Matterhorn - 4.478 m), considerado inaccesible hasta entonces. Auténtico emblema suizo, esta montaña en forma de pirámide (aunque vista desde Italia más bien parece un castillo) se yergue por encima de Zermatt confiriéndole a lo largo de todo el año su inconfundible cachet.

El encanto de llegar en tren

Un primer tren interregional le llevará desde Lausana hasta Visp. Desde aquí, el Glacier Express procedente de Saint-Moritz y Davos le conducirá a Zermatt trepando por una de las vías de tren más empinada del mundo y desafiando vertiginosos precipicios. Sus vagones rojos están equipados de un sorprendente techo en ojiva acristalado que le permitirán admirar las cumbres nevadas. Al cabo de hora y media el tren hará su entrada en Zermatt. No se moleste en buscar coches: aquí la calma es absoluta. Unas calesas tiradas por caballos o unos cochecillos eléctricos le llevarán hasta el hotel a través de la calle principal, que une la estación a la iglesia.

Los 394 km de pistas que surcan el dominio esquiable de Zermatt, a caballo entre Suiza e Italia, atraviesan y dejan admirar unos parajes de ensueño. Un ingenioso sistema permite además moverse en toda libertad cogiendo todos los remontes que desee sin necesidad de sacar su forfait: se trata de una tarjeta magnética que se lleva guardada en el bolsillo delantero del mono.

A 3.883 m de altitud, el Petit Cervin (Klein Matterhorn) es el punto accesible en teleférico más alto de Europa: vaya preparado, ya que en invierno la temperatura alcanza fácilmente los 20° bajo cero. Para llegar hasta él tome el teleférico que sale de Zermatt hasta Furi (1.864 m) y luego hasta Trockener Steg (2.939 m). Desde aquí un tercer enlace le llevará hasta el destino final. La altitud del lugar exige una gran prudencia, sobre todo por parte de las embarazadas y de las personas con salud delicada que lleguen directamente del valle. En primer lugar, evite todo movimiento brusco y respire profundamente.

Para mayor precaución, no dude en permanecer un día o dos en Zermatt o en sus alrededores a fin de aclimatarse a la altura antes de emprender la ascensión del Petit Cervin. Este glaciar (en el que se excavó en 1999 una gruta artificial adornada de esculturas) brinda una extraordinaria panorámica de 360° sobre la totalidad de los Alpes suizos, franceses e italianos. 39 de las cumbres que rodean Zermatt superan los 4.000 m, entre ellas: al este el Mont Rose (monte Rosa, el pico más alto de Suiza con 4.634 m), el Breithorn (4.164 m) y Castor y Pollux (4.228 y 4.092 m); al norte el Zinalrothorn (4.221 m) y el Weisshorn (4.505 m); en lontananza al oeste el Mont Blanc; y al sur, ya en los Alpes italianos, el Mont Viso, el Grand Paradis y el Grivola.

Zermatt en familia

El forfait de esquí es gratuito para los menores de 9 años. Los menores de 16 por su parte tienen derecho a una reducción del 50%. Si de todas formas prefiere esquiar sin tener que estar pendiente de los pequeños, sepa que existen dos parques gestionados por las escuelas de esquí de Zermatt: uno en Schwarzsee (accesible en teleférico), otro en Riffelberg (al que se llega en el tren del Gornergrat). Estos parques abiertos de 9 a 16 acogen a niños de entre 3 y 12 años (almuerzo incluido en el precio de la jornada). Más información en la oficina de turismo de Zermatt.

Una bonita pista roja baja desde el Petit Cervin hasta el Plateau Rosa, en cuyo refugio le aguarda un excelente café italiano. Esquiar en el dominio italiano de Cervinia (2.555 m) es auténtico placer: la estación está todo el día bañada por los rayos del sol y permite además admirar la vertiente opuesta del Cervino. Es desde este lado italiano, el más difícil de escalar, desde el que los alpinistas intentaron durante años coronar la cumbre. El propio Edward Whymper fracasó hasta que decidió por fin emprender, el 14 de julio de 1865, la ascensión por la vertiente suiza*.

Para almorzar le recomendamos tomar el teleférico de Cervinia hasta la estación de Theodulpass, por encima de un glaciar surcado de cascadas heladas y ceñido por una corona de picos nevados. El Refugio Teodulo, a 3.317 m, es una agradable cabaña del Club Alpino italiano. Por una vez al menos estará a salvo de las sempiternas salchichas con patatas fritas y ketchup. La nutritiva cocina que encontrará aquí es la típica del Val d'Aosta: charcutería tradicional, polenta con setas y tiramisú casero. Todo por unos 15 euros por persona... una auténtica ganga.

La bajada de Theodulpass a Zermatt se hace a lo largo de 17 km con un vertiginoso desnivel de 2.300 m. Desde el Schwarzsee, un lago a 2.583 m al pie del Cervino y punto de partida de interesantes excursiones, tendrá una bonita panorámica de la estación.

Zermatt: cuna del alpinismo

Aunque no sea un forofo del alpinismo le recomendamos hacer una visita al Museo Alpino de Zermatt, fundado en 1944 y situado a poca distancia de la iglesia inglesa. Willi Hofstetter, su director, sorprende por su pasión por la montaña y por su gran erudición.

Si tiene la suerte de cruzárselo quizá le cuente la historia de Zermatt y de los héroes que lograron conquistar el Cervino.

Una epopeya de la que el museo conserva las reliquias. Los que hayan leído el relato de esta aventura** se emocionarán al ver la cuerda que dejó caer, al romperse, a los hombres que formaban la cordada de Edward Whymper (el guía Michel Croz y los tres alpinistas ingleses Douglas, Hudson y Hadow).

Además de contemplar fotografías, grabados, testimonios y documentos insólitos (Churchill y Roosevelt se alojaron en Zermatt), usted se asombrará sin duda al comprobar lo rudimentario del material utilizado por los primeros alpinistas: modestas zapatillas claveteadas, hachas para tallar escalones en la nieve, odres de piel de gamo, cuerdas...
 
 






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